TIEMPO EN LA PRESENCIA DE DIOS - Jim Cymbala

Vemos en Hechos 6 que los apóstoles tuvieron que elegir lo que muchos han venido a llamar, los primeros diáconos. Hubo una disputa entre los judíos griegos y los judíos hebreos acerca de la equidad del sistema de distribución de alimentos. Los apóstoles decidieron nombrar a ciertos hombres para encargarse de dicha tarea, de modo que la distribución de alimentos recibiera la atención adecuada mientras los apóstoles continuaban enfocándose en “la oración y el ministerio de la palabra” (v.4).
Los apóstoles dijeron: “Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría” (v. 3, énfasis añadido). El reparto de comida era una tarea sencilla; aun así, los apóstoles sentían que estar lleno del Espíritu o ser guiado por el Espíritu era un requisito necesario para manejar sabiamente ese simple trabajo.
Comparemos esto con algunas de nuestras prácticas contemporáneas para contratar gente en las iglesias. Al seleccionar a las personas para cargos profesionales en el ministerio, usualmente buscamos primero las cualidades educacionales. Aquellos que han obtenido un título de seminario se convierten en los principales candidatos para dirigir al pueblo de Cristo, a menudo sin que nadie haya discernido si estos líderes potenciales muestran evidencia de ser guiados por el Espíritu. Estos candidatos pasan por una serie de pruebas psicológicas para ver si son compatibles con el ministerio, como si la ciencia fuera el factor decisivo en la sabiduría. Pero en la iglesia del Nuevo Testamento, incluso el trabajo de distribuir comida a las viudas requería líderes que estuvieran guiados por el Espíritu y llenos de sabiduría.
Si todos los creyentes estuvieran llenos del Espíritu Santo, si todos en la comunidad fueran guiados por el Espíritu, los apóstoles no habrían establecido tal calificación. De hecho, sería totalmente absurdo. Imagínalos decir: “Escoge a siete personas que están respirando”. Sin embargo, ser cristiano no garantiza necesariamente que una persona viva una vida guiada por el Espíritu. Uno debe pasar tiempo en la presencia de Dios hasta que sea “investido de poder desde lo alto” (Lucas 24:49).
Jim Cymbala comenzó la iglesia Brooklyn Tabernacle con menos de veinte miembros en un pequeño y deteriorado edificio en una parte difícil de la ciudad. Nacido en Brooklyn, es un viejo amigo de David y Gary Wilkerson.